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miércoles, 2 de febrero de 2011

Váyase, señor Mubarak

Váyase, señor Mubarak

Resulta ahora, que además de los gobiernos occidentales había otra gente que desde hace años se preguntaba cómo era posible que siguieran manteniéndose en el poder regímenes corruptos en Túnez o en Egipto. Ellos lo sabían pero yo nunca les había oído manifestarse al respecto, hasta ahora. Qué gracia! Incluso hay quien encuentra la respuesta en Manuel Azaña, último Presidente de la II república española y apartado de la vida política y de la otra por la rebelión del ejército de España en apoyo de una causa reaccionaria. Y la respuesta que daba Azaña era la utilización de las armas del autoritarismo y la corrupción para la pervivencia de tiranías. A mi entender, se olvidaba de otra muy importante, esto es, el consentimiento del pueblo. Es el pueblo el que mantiene en el poder a los tiranos, y sin su apoyo los tiranos no son nadie, cómo se ha visto en Túnez y, ojalá se vea pronto en Egipto y otros más cercanos a nosotros.
Y es que, los pueblos han dicho basta ya, y lo han hecho porque han querido, porque han dado muestras de libertad habiendo estado tanto tiempo sin conocerla. Será esto porque el deseo de libertad, es una elección?
Elegimos ser libres de la misma manera que elegimos no serlo. La libertad, cierto es, se toma, no hay que esperar a que te la den. Aquí, siempre la excepción hispana, estuvimos esperando a que nos la diesen, lo que sería muestra de la "bonheur" que se disfrutaba en España aún sin libertad. Así pues, de la misma manera que existe el deseo de libertad existe también el deseo de servidumbre, de sometimiento al tirano. Lo decía La Boétie, el amigo de Montaigne: "Lo único que los hombres no desean, es la libertad, porque si la deseasen la obtendrían"
Según La Boétie, no hacía falta combatir al tirano, bastaba con plantarse, como lo está haciendo el pueblo en las plazas de El Cairo,  con no darle nada al tirano para deshacerse de él. Los pueblos que se rebelan ante la tiranía, dejan  de darle a ésta lo más preciado para que se sostenga, el pienso que necesita para alimentarse, esto es, su servidumbre. En términos de La Boétie, cuando es el pueblos quien elige lo que desea, está utilizando su libertad, que la tiene casi naturalmente, lo que daría pie a encontrarse de repente con un parentesco inesperado entre deseo de libertad y deseo de servidumbre, para decidir ser libre o servil. En esta ocasión, el pueblo le dice al tirano, "váyase, señor Mubarak", fórmula ésta bien conocida aquí cuando la utilizaba el gran "FAES, Adventurer" y con resultados satisfactorios.
Y yo digo, váyanse los tiranos y que hablen los pueblos.

1 comentario:

  1. Creo que me sobrepasa la entrada. En cualquier caso y con todos mis respetos, elegir la libertad es algo que tiene consecuencias que uno a veces no quiere o no puede permitirse asumir. Véase, como ud. mismo cita, por cercanía, el ejemplo español.

    Un saludo,

    I.

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