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martes, 24 de julio de 2012

Visionario Gallardón

El que fuera alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, sigue dando que hablar. En este blog dije hace algún tiempo que este individuo me daría motivos para acordarme de él.  Estamos pasando una de las peores, por no decir la peor, crisis financiera y económica en la que se ha visto nunca nuestro país, con un acoso implacable de los especuladores que nos está llevando a una situación peligrosa. En estas, uno de los principales motivos de ese acoso según los expertos, es la impericia de este gobierno para gestionar el problema, con una falta absoluta de ideas y de actuación autónoma, que sólo sirve para aumentar aún más la desconfianza hacia nuestro país. Un gobierno en el que uno de sus ministros, tal vez para desmarcarse del resto, se ocupa ahora de legislar sobre los supuestos ya establecidos de interrupción voluntaria del embarazo, en concreto, el que avala la interrupción por malformación del feto. La ocasión para este hombre, parece ser la mejor, para sacar adelante sus planes. Cuando estuvo de alcalde, no había nada que le detuviese, siempre dentro de la línea megalómana que le caracteriza: grandes obras públicas, cambios de residencia para el gobierno municipal trasladado a la Cibeles (por cierto, por qué no se pone a la venta ese edificio tan horrible que sólo ha servido para decorar la plaza? Sería uno de esos edificios singulares que podrían venderse y sacar unos euros tan necesarios ahora). Intentó, el señor Gallardón, por dos veces sin éxito,  que Madrid fuera sede olímpica. Me pregunto ahora en medio de la tormenta, cómo estaríamos en pleno 2012, si Madrid hubiera sido la elegida para organizar los Juegos en lugar de Londres? Nos estarían acosando los especuladores si la próxima semana fueran a inaugurarse aquí esos Juegos? A lo mejor, el entonces alcalde, con esa meridiana inteligencia que le caracteriza, barruntaba ya  la que nos caería encima unos años después. Tal vez una Olimpiada nos habría salvado, quien sabe. No le creo capacitado para ello y la prueba la doy en el desafortunado comentario que hizo durante la campaña electoral de mayo, al decir que los Mercados, la Merkel, el BCE, la Moody´s etc. dejarían de presionar a España cuando vieran en su gobierno al Partido Popular, prometedor equipo salvador, con gente capaz de llevar las riendas de la política en España y no Zapatero que nos había llevado a la hecatombe. De ilusos está el mundo lleno y de gente absurda como él, también.
Lo que pretende ahora con esa legislación beata que está promoviendo es algo parecido a lo que ha hecho en ocasiones su amiga del alma, Esperanza Aguirre, una estrategia de distracción encaminada a pensar en otras cosas y no en las esenciales. En cómo promover la recuperación económica, uno de los principales factores que darían confianza no sólo a la población española sino a Europa y no echando balones fuera con lo del aborto y la herencia recibida. Y lo de la Valencia de Camps y Rita Barberá, con su chorreo de dinero en gastos superfluos y enconadas actitudes de adhesión inquebrantable con los corruptos? Y  la saga caciquil de la  Fabra´s family  con su  aeropuerto ornamental? y el fusionario Rato y su Bankia del alma? Todo esto y lo que aquí no pongo es lo que ha hecho que en Europa nos hayan tomado por unos nuevos ricos sin fundamento, incapaces de resolver nuestros problemas y todo porque este gobierno, incluido Gallardón, no ha emprendido una necesaria política de depuración y exigencia de responsabilidades a los culpables, que a sus ojos, sólo están en la herencia de Zapatero. Por ahí deberían haber empezado cuando  ganaron las elecciones en lugar de  haber estado perdiendo el tiempo como si en Europa fueran idiotas, tan solo pendientes de hacer lo que les mandaban en Berlin o Bruselas: "yo he hecho los deberes profe" repite incansable el listillo de la clase. Y en Europa son idiotas, claro.

miércoles, 4 de julio de 2012

El nacionalismo español

Que este pueblo español es diferente a los de alrededor, nadie lo duda. Todos nuestros vecinos, franceses, portugueses, alemanes, ingleses. etc. tienen motivos muy sólidos para tener sentimientos patrios. En todos los casos que conozco, esos sentimientos están relacionados con un pasado glorioso o con alguna hazaña concreta. Algunos se han remontado a un pasado tan lejano que cuesta creerles y sobre todo entenderles. Son los sentimientos nacionales, los que hacen a las personas sentirse vinculadas a la misma tierra donde nacieron. El problema de esos sentimientos surge cuando se llevan al extremo de utilizarlos como arma arrojadiza contra los demás.

Un francés del siglo XIX, Renan, se basaba en la idea de que  era francés todo aquel que quisiera serlo. Lo que se ha llamado un plebiscito diario. Frente a esta forma de nacionalismo de corte liberal había un nacionalismo  romántico, que hablaba de la raza de un pueblo, del hecho cultural,  a los que vincula con la nación, el Volgeist o "Espíritu del pueblo"de Herder y Fichte. Y aquí empezaba el lío que llevó a los enfrentamientos y a las guerras. Y no es que a nosotros nos falten motivos para sentirnos orgullosos de haber nacido en esta tierra. Los tenemos en todas las épocas de la historia, sólo hay que conocer un poco la historia de nuestro país

Sin embargo los españoles, cuando han estado calientes  para enfrentarse a otros pueblos, no lo han hecho por sentimientos patrios heridos que yo recuerde. Cuando lo han hecho ha sido porque les estaban tocando los c...Y eso sí que no. Contra Napoleón lo hicieron entre otras cosas, porque sus soldados se acostaban con las mujeres de los españoles, y ahí sí que duele. Prueba de ello es que, después de echarles de aquí, los españoles clamaron como niños, por su príncipe Fernando, el deseado, ansiosos de que volviese para darles por el culo.  
Contra los militares de Franco, se alzaron porque ya resultaba  el colmo que su propio ejército, el que tenía la obligación de defenderles, se rebelase contra ellos para favorecer a los ricos, a los terratenientes, a la Iglesia, en fin a quienes una gran parte de los españoles consideraba desde hacía mucho tiempo, los verdaderos causantes de sus calamidades y de su atraso. El caso es que por unos u otros avatares, los españoles en general, no tenemos el sentimiento de patria demasiado arraigado, por no tener, no tenemos ni letra en el himno, una marcha militar para más gracia. Y de qué íbamos a hablar en esa letra? Que valores íbamos a estar dispuestos a defender con ese "chunda chunda" que además, ya se lo tocaban a Franco? Así, pasa, que ha tenido que ser el futbol, el aglutinante que ha unido a casi todos, seguro que también a vascos y catalanes, aunque todavía, les cueste pronunciar la palabra España. Pues muy bien, a mí me gusta que seamos diferentes al resto, que no cantemos un himno y que nos descoyuntemos durante unos días en torno a La Roja, ese es nuestro rasgo diferencial, lo que nos hace distintos del resto, sin tener que recurrir a la historia ni a la raza o al ADN como hacía aquel fósil del paleolítico superior llamado Arzallus. No hemos tenido que buscar en nuestras raices, sólo ha hecho falta y además en muy poco tiempo, que apareciese un elemento aglutinante, capaz de entusiasmar, algo por lo que estar contentos y felices. La  verdad es que ha merecido la pena ver a esos tíos de la selección jugar al futbol mejor que nadie y ver a la gente envolverse en la misma bandera que tenía Franco, para que luego digan que hay revanchismo. Lo que pasa es que nos da igual, ocho que ochenta, no somos serios pero este es el país donde todo el planeta querría vivir, por ello no se entiende a los nacionalistas periféricos, que quieren irse de con nosotros, unos matando gente hasta hace muy poco tiempo y los otros porque dicen que les sale muy caro estar aquí. Sinceramente, ambos nacionalismos, me resbalan abiertamente por la espalda por ser tan pueblerinos.