Patética fotografía la que aparece en la portada de El Pais de hoy 13 de febrero, en la que se ve al "cándido" Rafael Simancas, en el momento de abrir el despacho de su anterior ocupante, el defenestrado Tomás Gómez para ocuparlo él por encargo de la directiva del PSOE. Durante estos años desde que Simancas fuera apartado de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, tras la traición de dos de los miembros de su partido a los que el mismo Simancas había elegido, el citado sujeto ha estado callado, sin intervenir en ninguna actividad destacable y es ahora cuando recibe el encargo de dar la cara, cambiando la cerradura del despacho de Gómez para que éste no pudiera entrar y además, conceder una entrevista en la que dice en el mismo diario que Tomás Gómez iba derecho a llevar al partido a la destrucción, al menos en Madrid. Que bochornoso papel el de este sujeto que cuando fue apartado de la presidencia, no dijo ni "mú", ni él ni tampoco nadie del PSOE. Nadie se indignó por el papel de los tránsfugas vendidos, pero vendidos, a quien?
Durante los años que, gracias a este luctuoso hecho, el Partido Popular ha gobernado en Madrid con Esperanza Aguirre de Presidenta, se han llevado a cabo unas políticas que el PSOE no hubiera podido realizar, no por discapacidad política sino por coherencia ideológica. El PSOE, no podía privatizar todo lo que se ha privatizado en la región de Madrid, en sanidad, enseñanza y servicios sociales y mucho menos podía hacer los negocios urbanísticos que se han llevado a cabo con los populares en el gobierno regional así como los recortes que se han hecho en servicios sociales. Es por ello que Simancas, no era el candidato adecuado para gobernar Madrid, por lo que había que apartarlo. Con la apariencia de una compra de votos pagados por constructores a los tránsfugas, la idea de una conspiración de mayor calado en la que participaría un amplio sector del PSOE madrileño, con el siniestro Balbás a la cabeza, estaría de acuerdo en que gobernasen los populares, en primer lugar por los odios existentes entre los miembros de la formación socialista madrileña y en segundo lugar porque no estaría bien visto que, con los socialistas en el gobierno, se hubiera podido llevar a cabo la política urbanística que luego hicieron los populares. Conspiración, acuerdo pactado, da igual, perfectamente pudo haberlo entre un amplio sector del PSOE, el PP y los poderes económicos de la región de Madrid que veían la oportunidad de realizar buenos negocios. El PSOE era un obstáculo, sólo para gobernar pero no para un entendimiento cómplice.
El "cándido" Simancas, se prestó al entuerto si no voluntariamente , al menos de manera tácita. Nadie en su partido se quejó por lo ocurrido y sólo se limitaron a destituir a Tamayo y Saez, los dos diputados de su partido que se abstuvieron en la votación para que Simancas no fuera elegido.
Y durante este tiempo qué ha hecho el "cándido" peón? Pues ocupar un despachito en la sede del partido y cobrar un salario para vivir, eso es todo. Y toda la camada del PSOE regional, sin la menor intención de gobernar Madrid, limitando su política a elevar quejas al partido gobernante por determinadas decisiones que les parecieran inadecuadas.
Y ahora, al cabo de los años aparece ofreciendo esa imagen dócil y mendicante, haciendo de portavoz del manotazo a Tomás Gómez para justificar su no idoneidad como líder por Madrid. El "naif" Simancas, ofrece una pobre altura política, una abyecta sumisión al dictado que le impongan, tal como hizo en aquella ocasión que, más de diez años después sigue sin estar clara. Es por ello que la teoría que expongo aquí, mientras no se demuestre lo contrario puede ser válida como cualquier teoría. Lo que Simancas ha hecho, prestándose a ese papel tan indigno, sólo podía ocurrir en esa cueva de alimañas que es la federación socialista madrileña.Simancas, cerrajero de Ferraz