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jueves, 30 de mayo de 2013

Profesor Wert versus ministro Wert?

Nada de eso. El profesor Wert, que dio una clase a sus estudiantes al aire libre, había despertado la atención de los medios de comunicación, tal vez en la creencia de que iba a protestar contra la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, LOMCE, que propugnaba su hermano, ministro de educación. El profesor habló de propuestas, no de protestas. Habló a sus alumnos de "educación y ciudadanía", con la intención, creo yo, de utilizar la educación para formar buenos ciudadanos. De esto trataba la asignatura Educación para la ciudadanía, tan denostada por la Iglesia católica y por los conservadores, por considerarla ideologizada, que el ministro y su gobierno han suprimido del currículo escolar, alegando que con la reforma de la ley, el contenido de aquella, se impartiría de manera transversal, lo que quiere decir que desde cualquier materia de la etapa educativa, se hablará de educación y ciudadanía. Vaya, que se pueden inculcar principios cívicos desde las matemáticas, la geografía o la química, por citar algunas, y lograr buenos ciudadanos. Cualquiera de ellas vale para la transversalidad.

El profesor, que yo sepa, no habló del lugar que el gobierno va a conceder a otra ideología, la religiosa.
Vamos, canje de ideologías, si no me equivoco. Habló, eso sí, de la vida política, no de la política partidista, en la que se aprecia siempre la dificultad de coincidencia de miras que hay entre la política y la moral, como ya destacara Montesquieu. El profesor habló de la política que surge en un ámbito ciudadano de convivencia, por ello buscó ese escenario con sus estudiantes en la calle, convertida en ágora de reunión y convivencia para hablar.  Sin embargo, la convivencia de los hombres es imposible sin una ordenación política y sin unas normas éticas interiorizadas por los miembros de esa comunidad política. Esa "comunidad pacífica de ciudadanos y armónicamente avenida" es el ámbito en el que surge la política, recalcaba el profesor Wert.

Qué diferente acepción de la política, el de una comunidad armónica, del que  maneja la ciudadanía, que se refiere a ella de manera desdeñosa y desconfiada, ya que sólo la asocia a lo que hacen los políticos y cuando estos lo hacen mal, la culpa se la endosan a la política, que todo lo encrespa. Recuerdo que en tiempos de la dictadura de Franco, cuando discutíamos en una asamblea de los asuntos propios, siempre surgía alguien que decía que "esto se está politizando". Peligro, peligro! Había que hablar de fútbol, cauce permitido para suavizar pasiones.
Sin embargo, los políticos cumplen una función de indudable importancia en una democracia, necesaria para el gobierno y la dirección de los asuntos públicos, si bien es cierto que, como suele ser habitual en aquellos, suelen tender al abuso de poder y a la justificación engañosa. Por ello, el profesor hace bien en insistir a los asistentes a la clase, que no confundan la política con el "sectarismo que es lo que hacen los partidos y sus políticos", y aboga al mismo tiempo por "recuperar el concepto de política".
Tampoco el profesor Wert en su sana intención de no buscar enfrentamientos familiares, habló nada del lugar privilegiado que va a ocupar la religión no sólo en el currículo sino como legitimadora de la moral, lo que siempre ha querido la Iglesia católica. Y eso si que sería ideologizar. Habría que recordar, incluso al ministro que fue en el siglo XVIII, con cierta razón llamado "el siglo de la moral", cuando el pensamiento ilustrado abandonó la legitimación de la moral en la religión y buscó otros fundamentos éticos que la fortaleciesen con mayor eficacia que los propiamente religiosos puesto que la moral, debe tener su propia lógica con independencia de la religión, así como la política posee también su propia inmanencia. En suma, una laicización de la vida política y de la moral de los hombres. 
On verra, que dicen los franceses.

Le mariage gay, un fait divers en Françe?


Bien, pues parece que en Francia se ha dado otro paso en contra de los que no aceptan las diferencias. Al margen de lo que pensemos sobre ello, lo importante es que se inicie de esta manera, el camino para acabar con el rechazo hacia quienes quieren vivir de una manera diferente sin por ello tener que ocultarlo temiendo ser agredidos por la intolerancia. Qué pensaría Voltaire, el tratadista de la tolerancia, sobre este paso dado por una sociedad moderna como la francesa? Seguro que comprendería que la unión legal de una pareja de hombres o de mujeres, es una buena prueba de una sociedad que no tiene miedo a la libertad, a la libertad de elegir un modo diferente de compartir la vida. 

Pensemos que en Francia, según las estadísticas, más del 65% de la población está a favor de estas uniones, quizá porque no temen que la sociedad se vaya a quebrar por ello. Ni tampoco la familia, porque los gays también defienden a la familia y quieren tener la suya propia, eso sí, una familia con distintos componentes pero defensora también del principio fundamental sobre el que se sostiene: ser el núcleo fundacional de la sociedad. Al margen de nuestra opinión sobre la unión homosexual, lo cierto es que una sociedad sana y tolerante, puede asimilar perfectamente estas novedades que, en muy poco tiempo, estarán más que superadas. Aquí, en España, la primera boda entre hombres, se hizo en 2005, con Zapatero en el gobierno y no pasó nada, pese a que la Iglesia principalmente, era contraria a ello por razones obvias. Aquí, no hubo ese despliegue mediático que ha habido en Montpellier y no por apatía o desinterés sino porque en el fondo los españoles, cuando no estamos dirigidos por ideologías, somos bastantes abiertos y flexibles. También fue en España donde se legalizó el derecho al voto de la mujer antes que en Francia, en tiempos de la II República. Y miren que aquí, tenemos  una Iglesia católica, la más reaccionaria del planeta, pese a lo cual sigue cosechando triunfos y lograr que la Religión sea considerada por el Estado una asignatura más del currículo escolar. Nada de Estado laico, aquí se lleva el confesionalismo oficial puro y duro, algo que en Francia no sucede. Dos hechos cruciales estos para una sociedad democrática y libre por los que nos situamos los españoles por delante de Francia, hay que decirlo.

Ya sólo queda disipar la idea de que caminamos hacia un desastre. Los desastres, aquí en España, los han causado ultimamente los bancos, que han estafado a los pequeños ahorradores haciéndoles suscribir acciones "preferentes" sin explicarles antes, de los riesgos que podrían acarrear al invertir su dinero en unos valores que desconocían. Ese sí que es un drama social por el que todos los días hay manifestaciones de los afectados, de los que el gobierno de Rajoy dice que "algo habrá que darles" por lo que han perdido. Qué desvergüenza la de este gobierno!!  Hay que devolverles todo lo que se les ha robado, y de eso se está ocupando un grupo de jueces y fiscales, que creen que los bancos han cometido delito contra los ahorradores. Y quedan los desahuciados de sus viviendas por no poder pagar la hipoteca. Algunos han llegado al suicidio.
Todo esto hace que la sociedad desconfie de sus gobernantes y de sus bancos,  no de los gays que quieran casarse. Esto último no ofrece ningún peligro ni tampoco nos lleva al holocausto. El peligro para la sociedad lo traen los poderes financieros y la corrupción, así como observar que mientras pasa todo esto, hay un grupo de gente privilegiada que recibe millones cuando abandonan los consejos de administración de los bancos que han estafado a la población y tienen además, que recibir dinero público para su reflotación. Para ellos no existe la crisis,  su  dinero negro puede disfrutar de opacidad y seguridad en los paraisos fiscales creados por ellos mismos.Todo esto si que cabrea,  hace mucho daño a la sociedad porque la está estrangulando. Los matrimonios gays no causan ningún daño, no creen Vds? On verra.