La isla de Phuket esta en el extremo sur occidental de Tailandia, a unos 10 grados al norte del Ecuador, lo que indica que su clima es cálido y húmedo todo el año, si bien tiene una temporada de lluvias coincidente con la primavera. El contraste de las formas de vida de su poblacion con la nuestra en Europa es enorme. En pequeñas poblaciones como Kata o Paton en zonas rurales dentro de la misma isla, la gente se mueve todo el dia de una parte a otra, transportando en sus motocicletas algunas con sidecar, frutas y verduras del campo a los lugares de venta. Tambien llevan a personas, más de las que permite la resistencia de esos pequeños vehiculos. Otras veces, pequeñas camionetas permanecen paradas junto a una carretera de alguna aldea, cargadas de personas hasta arriba, hombres que soportan la espera a pleno sol, sin decir nada, como si faltara alguien más por subir para emprender camino no se sabe donde pero es de imaginar que acuden al trabajo.
La gente es amable en demasia para nuestros hábitos europeos. Tienen una palabra que dicen siempre al tiempo que juntan las manos por su palma en actitud parecida a la del rezo cristiano: Sawadeecap, que vale para todo: bienvenida, despedida, agradecimiento, etc. Hay que decirla siempre.
Compartir la casa en la que vivimos con una familia de elefantes en la finca contigua, cuyos propietarios les utilizan para pasear turistas, resulta de un inusitado atractivo para nosotros. El animal, como cualquier otro domesticado, necesita su premio tras cada paseo llevando turistas sobre su espalda: la refrescante ducha que le proporciona su cuidador y guia. Los paseos comienzan sobre las ocho de la manana, pues hay que aprovechar las primeras horas del dia. Cuando decae la tarde, es cuando los elefantes, que tienen una simpatica cria que nos deleita con sus toque de trompeta, comienzan a consumir cantidadaes enormes del abundante pasto herbaceo que les rodea. Comen y comen, alternandolo con sus chapuzones y duchas de barro que se dan para refrescar su piel y ahuyentar parasitos. Amanece antes de las 6 y oscurece a las 8 de la tarde. En medio, un calor torrido y humedo, pero que resulta excelente para la piel. La vida aqui empieza muy pronto.
El mar, el Indico, ese lejano desconocido desde Europa, es muy fiero en estas aguas, donde es muy facil ahogarse aun siendo buen nadador. Sus aguas, cuando estan bravas, te arrastran hacia dentro como por efecto Shunami, si bien sus playas estan muy protegidas por expertos y muy atentos socorristas que continuamente cambian de posicion las banderas rojas de peligro, para advertirte del cambio de lugar de baño dentro de la misma playa. Y es verdad, estamos en zona de Shunamis, que te advierten los carteles instalados en carreteras cercanas a las playas con indicaciones de los caminos a tomar en caso de alarma.